Vos estabas tan pequeña. No podías dimensionar lo que te estaba ocurriendo.
Todo parecía ser un juego normal del que disfrutan los niños al esconderse. Vos no lo provocaste; alguien se aprovechó de tu inocencia para implantarte el recuerdo que más te ha hecho llorar.
Te fuiste asustada a tu cuarto, temblando…sin comprender del todo lo que acababa de suceder y, al mismo tiempo, percibiendo que algo en vos se acababa de romper para siempre. ¿Cómo ibas a saberlo? No encontrabas razones para creer que alguien podría abusar de vos. El único culpable es el que te hizo daño.
Lo que pasó no fue tu culpa. Vos no pediste que te pasara esto cuando eras niña y tu familia jamás hubiera deseado que sucediera.
No te debiste de haber sentido sola, pero en ese entonces, tu cabecita de cinco años tomó decisiones con respecto a lo que sucedió…decisiones que de forma inconsciente, marcaron los años venideros de tu vida. Pero no fue tu culpa, eras apenas una nena, intentaste sobrevivir de la mejor manera que pudiste.
Nadie imaginaría que algo así pueda ocurrir, no fue tu culpa. Para levantar un vestido, hay que pedir permiso y a vos nadie te preguntó antes. Irrespetaron tu voluntad y fue imposible defenderte. Tus días de niña tuvieron que haber transcurrido siempre felices; tenías derecho a jugar, a aprender, a ser amada. Así era. Vos merecías solamente eso.
Te silenciaron, te amenazaron y te sentenciaron a vivir con miedo. Eras tan pequeña y frágil. No tuviste opción porque no tenías las herramientas que tenés ahora. Qué pesar que a tan corta edad experimentaras lo que es sentir vergüenza y tristeza. No hay motivo alguno que justifique un sentimiento de pena en tu interior, porque lo que pasó no fue tu culpa, nunca lo será y por lo tanto no tenés que cargar con un secreto de algo malo que te hicieron a VOS. Y si esto te hubiera sucedido estando más grande, tampoco sería tu culpa.
Te dañaron, pero no te acabaron. Porque aún en la oscuridad de tu desolación, siguió resplandeciendo la luz que sos en este mundo. Aquí vos sos muy importante, sos una persona maravillosa.
Quiero que sepas que no estás sola. Sé que ya han pasado muchos años desde entonces, pero nunca está de más decirte que yo te creo, y que siento tu dolor como si fuera propio.
Nada de lo que te pasó fue tu culpa. Mirá hacia atrás con ojos de amor a esa niña asustada y dale un abrazo, decíle que no tiene que esconderse de algo que ella no hizo.
Hoy tenés el control que no pudiste tener antes, vos sos más fuerte que lo que te sucedió. Tu voz merece ser escuchada; el silencio es el peor cómplice en una sociedad que sigue insistiendo en condenar a la víctima; así que no te callés, hablá de eso porque no es justo seguirlo guardando.
O escribí. Escribir también es importante.
Lo que te pasó no fue por culpa tuya. No lo fue, no fue tu culpa.
Lo que pasó no fue por tu culpa. NO fue tu culpa.
3 Comments
gracias. gracias a q muchas hablaron y no cayaron. yo tmb hable lo q describis es tal cual me paso. y lo guarde tan adentro q crei q lo habia olvidado. gracias x tus palabras
Muchas gracias por tu comentario, un abrazo.
Realmente hermoso, en mi opinión, puede ayudar a muchas mujeres e inclusive hombres, que fueron abusados, fueron horriblemente irrespetados por un abusador que se aprovechó de su vulnerabilidad del momento. Deben saber que no se les quitó su valor como personas y como hijos de Dios. No son los culpables, sin importar las circunstancias.