Si supieras lo hermosa que sos

 

Para vos, pretty pretty baby.

 

Te encontré algo distraída mientras te pintabas los labios pacientemente y pensé que realmente sos muy bonita. De verdad, todo lo que forma parte de vos, es hermoso y me duele tanto que no te des cuenta. Guardaste el espejo un poco frustrada…me pregunto si estarás batallando internamente contra todos esos absurdos pensamientos que a mí también a veces se me vienen a la mente: «no hay corrector que disimule estas ojeras», » cada vez que sonrío aparece una nueva arruga», «por qué será que mi cabello es tan rebelde».

Te observo y suspiro todas las respuestas para vos: «tus ojos son tan preciosos que nunca notaría que hay unas leves sombras debajo de ellos», «no son arrugas, son expresiones de una vida bien vivida», «me encanta la naturalidad con que se te desacomoda el cabello, como si fuera parte de la naturaleza misma en medio del sol y del viento».

Si tan solo pudieras verte como yo te veo, como la extraordinaria mujer que sos, con una belleza perfecta en todo sentido. Tus caderas no son un milímetro más ni menos anchas de lo que tienen que ser, y tus piernas te llevan a recorrer cualquier lugar que podás soñar…no creo que debas de ocultarlas todo el tiempo, no importa si consideras que son demasiado blancas o muy bronceadas; delgadas o gruesas, nada es suficiente. Me atrevería a confirmar que nunca he escuchado decir a una mujer que acepta y agradece tener sus piernas tal cuales son. Créeme que las tuyas son lindas y además son perfectas para bailar, para sentar a un niño en tus regazos y para exhibirlas libremente cuando caminas por la playa.

Si tan solo te aprobaras a vos misma tal como yo te acepto. No te impongo condiciones para que seas mi amiga, ¿por qué entonces, te pones tantas limitaciones para ser feliz? Yo no reparo en tu apariencia para darte valor como persona, pues tu alma es la que me enamora; pero también pienso que sos tan bella así; tu hermosura física es el resultado de tu atractivo interno..la divinidad interior en tu espíritu trasciende hacia lo externo y emanas un encanto irresistible.

Si tan solo olvidaras el día en que me contaste que a un tipo no le gustó tu cuerpo. Llorando avergonzada insinuaste «debí de haber apagado la luz». Luego lloré de rabia, impotente, deseando retroceder el tiempo y haber estado ahí para decirte que reaccionaras diferente, porque tu cuerpo es un templo maravilloso que él no debió de haber tenido el privilegio de conocer. Ahora eso te duele, porque no le dijiste que se fuera y te aferras a un momento doloroso, pero eso jamás te va a definir como persona.

Si entendieras que vos no estás perdiendo nada, mientras que a él se le escapó la oportunidad de descubrir el límite del esplendor al no saber qué hacer con la desnudez de una mujer que muestra en la piel las heridas constantes de sus luchas diarias; tus marcas son las batallas que has ganado, son los rasgos del milagro de albergar vida en tu vientre, son las muestras de heridas que ya sanaron, o de errores del pasado que te han llevado a ser una mujer tan fascinante. Si tan solo comprendieras que si él no fue capaz de admirar la libertad de una mujer que se desviste con naturalidad, jamás podrá disfrutar del privilegio de la sublime entrega que llega con la comodidad de quitarse la ropa sin nada que ocultar. 

Si tan solo me creyeras cuando te digo que esa blusa nueva te queda de maravilla. Que cualquier ropa que te pongas te luce bien, porque tu seguridad no nace de la percepción de lo que piensen los demás, sino de la certeza de saber que estás completa así, que no te falta ni te sobra absolutamente nada. Que todos los colores que quisieras vestir son ideales para vos. Que si te maquillas te ves hermosa, y si no también. Que unos zapatos altos te elevan del piso, pero no definen ni aumentan tu status o tu feminidad.

Si tan solo recordaras que todo está en su lugar cada vez que te miras al espejo. Tus ojos reflejan tu alma, son luz en un mundo necesitado de tu alegría. Si pudieras despertar tu sonrisa de nuevo, para fijarla eternamente en el recuerdo de una fotografía. Cuánto quisiera que volvieras a sonreír sin miedo ante una cámara, y que te desprendieras de todo complejo que tengas: tus dientes son lindos así, con ese leve espacio que los separa, tus mejillas son como bolitas de algodón de azúcar que inspiran dulzura y tu boca siempre concede palabras impecables en los momentos precisos. No te niegues a vos misma por favor, no escondas tus perfectas imperfecciones que te hacen ser única, inmejorable y exclusiva en tu rol para el universo.

Si tan solo fueras consciente del daño que te haces cada vez que te menosprecias cuando te criticas sin razón, te detendrías de inmediato. Si lograras asimilar el poder de las palabras en tu mente, dejarías de tirarte granadas en la cara y aprenderías a dejar de auto-destruirte, para comenzar a quererte más.

Si pudieras ser capaz de enamorarte de vos misma así con la misma fuerza con que tu esposo te ama, como tus hijos te aman y como yo, que soy tu amiga, te ama, podrías ser cada día más feliz, convencida del amor con el que cultivas tu mente y amas tu cuerpo; podrías llegar todavía más lejos , si creyeras un poco más en vos misma, en lugar de preocuparte por la pequeña manchita que decidió aparecer hoy en tu frente.

Si hicieras la promesa de darte más valor, comenzarías a verte a vos y a cada mujer, como una preciosa flor en un jardín botánico, ¿alguna vez has ido? Tal vez habrás notado que todas las flores son diferentes, pero todas tienen su particular hermosura. Así sos vos, tan bonita, tan perfecta. No hay un modelo ideal de mujer, no hay un molde en el que tengas que entrar.

Si tan solo recordaras que sos tan hermosa, nadie te podría quitar la decisión de reconocerte en una mejor versión. Y los que no son capaces de trascender su perspectiva hacia este nivel de encanto, probablemente están condenados a vivir en la más insoportable indigencia de corazón.